domingo, 24 de febrero de 2013

Fragmento de Elogio de Una Vida Sencilla. José Ma. Pemán

He resuelto despreciar
toda ambición desmedida
y no pedirle a la vida,
lo que no me pueda dar.
He resuelto no correr
tras un bien que no me calma,
llevo un tesoro en el alma
y no lo quiero perder.
Y lo guardo porque espero
que he de morir,confiando,
en que se lo llevo entero
al Señor que me lo ha dado.
Ni voy de la gloria en pos,
ni torpe ambición me afana,
y al nacer cada mañana
tan solo le pido a Dios:
Casa limpia en que albergar,
pan tierno para comer,
un libro para leer
y un Cristo para rezar.
Que, el que se esfuerza y se agita
nada encuentra que le llene,
Y el que menos necesita
¡tiene más, que el que más tiene!

FRAGMENTO DE ELOGIO DE UNA VIDA SENCILLA.... José María Pemán (José María Pemán y Pemartín; Cádiz, 1898-1981) Novelista, poeta, dramaturgo, guionista y ensayista español. Cultivador de todos los géneros literarios, destacó por su teatro poético y sus comedias de ambiente andaluz. Su tradicionalismo religioso y sus convicciones monárquicas lo convirtieron en representante de los sectores conservadores, especialmente tras la publicación del Poema de la Bestia y el Ángel (1938), donde cantó con triunfalismo épico la rebelión franquista. Creció en el seno de una familia acomodada, y comenzó su dilatada andadura literaria durante la Segunda República. José María Pemán, que años más tarde pasaría a ser una de las figuras míticas del régimen franquista, se dio a conocer con una serie de artículos incendiarios publicados en el rotativo madrileño ABC, desde donde llamaba con vehemencia a la insurrección militar contra la legalidad republicana. Los sectores más reaccionarios del país lo convirtieron en su adalid, y fomentaron una penosa polémica entre el escritor gaditano y Ramón Pérez de Ayala. Al finalizar la guerra civil, fue nombrado director de la Real Academia Española, cargo al que renunció pocos años después. Pemán, entonces, se dedicó por completo a la actividad literaria. Colaboró con asiduidad en prensa, y redactó comedias costumbristas y de corte castizo, que fueron representadas en algunos teatros de Madrid. La casa (1946), Callados como muertos (1952), Los tres etcéteras de Don Simón (1958) y La viudita naviera (1960) son algunas de las obras más exitosas del literato.