domingo, 28 de diciembre de 2014

Poemas de Ramón Triay Pedrero

De pronto la vida

De pronto era distinto
mi paso por las calles,
de pronto los detalles
se hicieron importantes.

De pronto ya no estaban
los sueños de mi lado,
de pronto se habían marchado
hacia quien sabe dónde.

De pronto entré a la vida
por la puerta del frente,
se hicieron diferentes
las horas, al crecer.

Las caricias de antaño
se cambiaron de manos
y se hicieron extraños
mis juegos del ayer.

De pronto vino el miedo
vestido de futuro
y con el miedo, el mundo
y un pase para él.

Sin compás ni sextante
para llegar al puerto
ni pauta en el concierto
del diario acontecer.

Así de pronto vino
la vida que esperaba
y yo, sin saber nada
desde siempre la amé.


Ramón Alberto Triay Pedrero


Dime


Dime ¿cuál es tu bandera?
De qué planeta has venido
a ver si encuentro el motivo
de tu singular manera.

Si para ti el horizonte
no es cuna y tumba del día,
si para ti el arco iris
solo es refracción del sol.

Si las nubes son vapor
que por nada adornan el cielo,
si tu luna es piedra muerta
sin luz propia ni calor.

¿Dime cuál es el motor
Que te mantiene en marcha?
Dime mujer, ¿Hielo? ¿Escarcha?
¿Quién te quitó el corazón?

Ramón Alberto Triay Pedrero


Mayo en mi ciudad

Mayo en mi ciudad es vida
Mayo en mi ciudad es fuego,
es nostalgia por la playa,
es, jardines en renuevo.

Copas de oro que deslumbran
flamboyanes que marean,
es canto de mirlo macho
reclamando a su pareja.

Derrame de bougambilias
sobre los muros de piedra
escarlata, amarillo y guinda
abrazados a una reja.

Mayo en mi ciudad es, ganas
de fundirse en sus colores,
de beberse las mañanas
y de vestirse de flores.

Hojas secas por la tarde
zarandeadas por el viento
y el horizonte que arde
de un sol que se oculta lento.

Es la inocencia de blanco
que revolotea en la iglesia.
Es mamey, ciruela y mangos
que decoran una mesa.

Mayo en mi ciudad es vida,
Mayo en mi ciudad es fuego,
es cicatriz de una herida
y es clamor de un amor nuevo.

Ramón Alberto Triay Pedrero.


Mi rincón

Es mi rincón preferido
el más polvoso de la casa
lleno de juguetes rotos
y de muñecas sin cara,
lleno de amarillas fotos,
lleno de vida cansada.

Ese rincón tan querido
guarda pedazos de historia,
ahí mi padre adolescente
en extraña indumentaria,
ahí la sonrisa radiante
de mamá en traje de novia.

Es, como mi propia historia
vivida por alguien más,
es como mirar atrás
y descubrir que otra cara
tiene la misma mirada
que hoy me mira en el espejo.

Son pedazos de nostalgia,
es encontrar un clavel
dormido en un libro viejo
con un eterno motivo
para refugiarme en él.

Mi rincón es cosa grata
con su perfume a vejez,
es el testimonio fiel
de la diaria caminata.

Por él, sé de dónde vine,
y sabrán que existí….por él.

Ramón Alberto Triay Pedrero.


Tu regreso, peregrina.

Ha regresado a casa la peregrina
vino anunciando el sol de primavera,
entre todas las aves, fue la primera.

Su nostalgia viajera de golondrina
vuelve a pintar la tarde de mil colores
contándole a la vida de sus amores.

Cuéntame peregrina,
di si hallaste otro amor por esos confines
¡Si te quisieron tanto!

Cuéntame peregrina,
si fue mejor tu invierno que mis abriles,
¡Si extrañaste mi canto!

Si las próximas nieves de mí te alejan
volaré en pos del cielo que te reclama
te robaré tu embrujo de golondrina,
me beberé tu sol, cada mañana,
¡Y volaré contigo a donde vayas!.

Ramón Alberto Triay Pedrero


Nana, cántame “la nana”

Mujer, de mi madre amiga,
no sé de dónde viniste
a compartir sus angustias;
Mujer, de mi madre calca,
que acariciándome el alma
te volviste parte mía;
Por ti fui tan rico un día
que dos madres a la vez
no cualquiera las tenía.

Nana, cántame la nana,
quiero ser niño otra vez
tomar tus ásperas manos;
Nana de todos mis cuentos
sangre ajena y alma propia,
Nana de mis alegrías
cántame otra vez nana.

Voy a ponerte un altar
muy cerquita de mi madre
nana de mis fantasías
nana de aquellos mis días.

Quiero volver a escuchar
mil historias de duendes,
nana, cuéntame nana
¡Quiero ser niño otra vez!

Hoy quiero contar a mis hijos
esa riqueza que un día
fue parte de mi niñez,
haber comenzado el camino
de un lado, ¡mi madre!
Y del otro, ¡tú!.

Ramón Alberto Triay Pedrero


EL VINO

¿Qué cómo se toma el vino?...
¡Cuánta gente lo pregunta!
¿Qué cómo se toma el vino?...
que si la gente supiera
que mientras se tome el vino
nada le puede pasar,
pero, ¡que jamás te tome el vino!
Que ahí, sí puedes tropezar.

Que tú te tomes al vino
y que no te tome a ti,
que si esta regla te impones
por más que tú te lo tomes
jamás serás infeliz.

El vino te dará amigos
te dará miles de cosas,
pero, ¡que jamás te tome el vino!
Que entonces, será otra cosa.

El vino es plácido lecho
donde el descanso es sereno,
donde se puede soñar,
pero tú lo has de tomar
más si el vino es quien te toma
entonces será un infierno
y no podrás descansar.

El vino es buen compañero
en una mesa completa
pero es un gran traicionero
si destroza la etiqueta.
Y para hacer el amor
no existe cosa mejor
si conoces la medida,
Pero si esta está perdida
pobre de aquel que tomó.

Por eso es que, al vino, amigo,
hay que saberlo tomar
para que puedas gozar
de amor, vino y otras cosas.

Ramón Alberto Triay Pedrero

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