lunes, 22 de marzo de 2010

Consejos.

Ama a tu esposo con amor profundo
con ternura infinita y sin medida,
si él es tu sostén en esta vida
sé tú su redención sobre el mundo.

Honra el nombre que al pie de los altares
trémula de emociones recibiste,
cuando en tu frente cándida luciste
la diadema de blancos azahares.

El mandato respeta de tu esposo
con gusto obedeciendo y con presteza,
si está triste consuela su tristeza
si está alegre disfruta de su gozo.

Cuando veas que la pena lo devora,
cúralo con la miel de tu ternura,
su llanto enjuga cuando llora,
entre dos, pesa menos la amargura.

Si es pobre, su pobreza dignifica
con laboriosidad y con limpieza,
una mujer aseada, sin ser rica
disimula con gracia su pobreza.

Si es rico, participa de sus bienes
la caridad llevando como guía,
si a un pobre le das de lo que tienes
mucho más te dará Dios cada día.

A tus hijos educa con esmero,
sus corazones hacia el bien inclina,
siendo de tus trabajos el primero
enseñarles de Dios la ley divina.

Trata a tus inferiores con dulzura
y nunca los manejes con imperio,
y que no manche jamás tu frente pura
un solo pensamiento de adulterio.

Voy a decirte, por si no lo sabes,
que suelen alejarse los dolores
de la casa donde cantan aves,
juegan los niños y perfuman flores.

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