domingo, 14 de marzo de 2010

Marciano. Juan Antonio Cavestany

Juan Antonio Cavestany (Sevilla, 31 de diciembre de 1861- Madrid, 3 de diciembre de 1924) Literato y político español.
En Sevilla pasó los años de su infancia y los primeros de su juventud. Mostró desde muy niño extraordinaria afición a la poesía y fueron tan precoces sus aptitudes literarias, que a los trece años había ya publicado un librito de versos y antes de cumplir los dieciséis, el 13 de diciembre de 1877, estrenó en el Teatro Español su famoso drama El esclavo de su culpa. El éxito que alcanzó esta obra fue tan grande que él sólo bastó para hacer popular en toda España y aun fuera de ella el nombre de su autor. Grandezas humanas, Sobre quién viene el castigo, Salirse de su esfera, El Casino, Juan Pérez, La noche antes y Despertar en la sombra. Todas estas obras fueron escritas antes de cumplir los veinte años. Se dedicó luego a la poesía lírica y publicó un tomo de versos que mereció grandes elogios de la crítica.La política lo apartó entonces del camino de las musas y le hizo interrumpir su exitosa carrera literaria. Militando en el Partido Conservador, tuvo por primera vez asiento en el Congreso en 1891, representando a un distrito de Andalucía. Después fue diputado en seis legislaturas y senador dos veces.Los tres galanes de Estrella, imitación del teatro antiguo español; Farinelli, ópera con música de Bretón; El idilio de los viejos, y otras, mereciendo grandes aplausos de la crítica y del público sus dos tomos de poesías Versos viejos y Al pie de la Giralda, dedicado íntegro a Sevilla, lleno de ternura y colorido.Como orador político, su brillantez le valió en ambas Cámaras grandes éxitos, siendo uno de los mayores el que cosechó en el Senado en un discurso en pro de la conservación de la Alhambra. Ingresó en la Real Academia Española en febrero de 1902, y fue vicepresidente del Congreso de los Diputados con el gobierno de Raimundo Fernández Villaverde. En 1910 realizó una importante excursión literaria por América. Estuvo en posesión de la Gran Cruz del Cristo de Portugal y otras condecoraciones y fue maestrante de Zaragoza.

EN EL CIRCO ROMANO

(La muerte de Marciano)
Marciano, mal cerradas las heridas
que recibió ayer mismo en el tormento...
Presentóse en la arena, sostenido
por dos esclavos; vacilante y trémulo.
Causó impresión profunda su presencia;
“¡ Muera el cristiano, el incendiario, el pérfido.!”
Gritó la multitud con un rugido
por lo terrible, semejante al trueno;
Como si aquel insulto hubiera dado
vida de pronto y fuerzas al enfermo,
Marciano al escucharlo, irguióse altivo,
desprendióse del brazo de los siervos,
alzó la frente, contempló la turba
y con raro vigor, firme y sereno
cruzando solo la sangrienta arena
llegó al pie mismo del estrado regio;
Puede decirse que el valor de un hombre,
a más de ochenta mil impuso miedo,
porque la turba al avanzar Marciano,
como asustada de él, guardó silencio;
llegando a todas partes sus palabras
que resonaron en el circo entero:
-Cesar- le dijo- Miente quien afirme,
que a Roma he sido yo quien prendió fuego,
si eso me hace morir, muero inocente
y lo juro ante Dios que me esta oyendo.!
Pero, si mi delito es ser cristiano,
Haces bien en matarme, porque es cierto:
Creo en Jesús, practico su doctrina
y la prueba mejor de que en él creo,
es que en lugar de odiarte: ¡ te perdono.!
Y al morir por mi fe, muero contento.-
No dijo más tranquilo y reposado
acabó su discurso, al mismo tiempo
que un enorme león saltaba al circo
la rizada melena sacudiendo;
avanzaron los dos, uno hacia el otro,
el los brazos cruzados sobre el pecho,
la fiera, echando fuego por los ojos,
y la ancha boca, con delicia abriendo.

Llegaron a encontrarse frente a frente
se miraron los dos, y hubo un momento
en que el león, turbado, parecía
cual si en presencia de hombre tan sereno,
rubor sintiera el indomable bruto,
de atacarlo, mirándolo indefenso.
Duró la escena muda, largo rato
pero al cabo, del hijo del desierto
la fiereza venció, lanzó un rugido,
se arrastró lentamente por el suelo
y de un salto cayó sobre su victima.
En estruendoso aplauso rompió el pueblo...,
brilló la sangre, se empapó la arena
y aún de la lucha en el furor tremendo,
Marciano con un grito de agonía:
-Te perdono, Nerón – dijo de nuevo.

Aquel grito fue el último, la zarpa
del feroz animal cortó el aliento
y allí acabo la lucha. Al poco rato
ya no quedaba más de todo aquello
que unos ropajes rotos y esparcidos
sobre un cuerpo también roto y deshecho:
una fiera bebiendo sangre humana
y una plebe frenética aplaudiendo

12 comentarios:

  1. muy interesante el blog, felicidades...

    Atte: Salvador García Pérez

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  2. a que corriente perteneció JUAN ANTONIO CAVESTANY ?

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  3. Hermosa poesía que estudié cursando el profesorado de Declamación en el Conservatorio de Música de Buenos Aires fundado por Alberto Williams. Aun siguen estremeciéndome los sentidos versos de Cavestany

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  4. ese poema desde que le escuche hace mas de 40 años no ha dejado de ser mi lider quiero ser como neron no negar mi fe

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  5. Hermoso poema, hermosa la enseñanza de perdonar a los que nos ofenden!

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  6. Es el mejor poema cristiano que he leido jamás... parece inequívocamente que Dios inspiró a Juan Antonio cavestany a escribir esta obra literaria como cuando inspiró a Hendel a escribir el Aleluya; Son de esas cosas que Dios nos da para todas las generaciones sucesivas ... Que Dios bendiga a la familia cavestany y demas

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    1. Handel escribió el Oratorio El Mesias, que contiene el Coro Aleluya.

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  7. en que año se escribío el poema?

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  8. Me encanta pero que quede claro Nerón quemó Roma y Roma no se puede quemar es de mármol.

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  9. Hermosa poesìa la conozco desde niño ahora tengo 89 años., pero este poema prevalecerà por siempre. Gracias por el recuerdo.

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    1. Es verdad amigo. Es hermosa y su mensaje tan emotivo que lleva al corazón y al alma. Mi padre que en.paz descanse la recitaba y ahora la estoy estudiando para aprendermela. Saludos

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  10. Hermosa poesía.sin embargo Nerón no persiguió a los cristianos.cometio barbaridades pero no con los cristianos.mas bien una vez establecida la iglesia en Roma persiguió a los paganos.no importa excepcional poema.

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